Los cuentos de Bruna: las sombras
Hoy Bruna decide salir a pasear a la luz del sol de mediodía.
De pronto, le parece que alguien le persigue.
A Bruna le parece que ese alguien ¡está pegado a sus pies! ¡Y es de color, de color, de color…de las sombras!
Pero ¿de qué color son las sombras?
¿De dónde nacen las sombras?
¿De qué están hechas las sombras?
Bufff, ¡cuantas preguntas!
Bruna sólo sabe una cosa: tiene un problema y ese problema se llama sombra.
Pero Bruna razona: se trata de su propia sombra y está hecha de ella misma.
Además, Bruna ha observado que la sombra siempre está en el lado contrario all sol.
Cuando Bruna corre, la sombra se mantiene siempre pegada a sus pies. ¡Claro, la sombra camina con el sol!
Cuando Bruna camina, la sombra se desplaza con ella.
¡Caramba!
A Bruna no le hace ni pizca de gracia carretear su sombra siempre pegada; la muy cobarde, es incapaz de tener vida propia.
Bruna pega un salto y, ¡vaya susto!, la sombra se despega de sus pies.
Sombra, ¡acércate si eres valiente!
¡Cobarde, gallina, capitán de la sardina!
Pero Bruna no es cobarde, ¡eso no! y se le ocurre una idea: jugará a hacer sombras.
La niña está empezando a entender las normas del juego y piensa pasárselo la mar de bien en compañía de sus inseparables compañeros, la muñeca vestida de azul con su camisita y su canesú y de osito.
Pero, desde la ventana alguien está espiando a Bruna.
¡Cielos! ¿Quién será?
Vaya, se trata de papá de Bruna que le está sacando fotos mientras juega a las sombras.
Al examinar la cámara fotográfica de papá se pueden ver varias fotos:
- La sombra de Bruna junto a la de sus compañeros de juegos (papá no ha querido fotografiar a los propietarios de las sombras)
- Bruna abriendo un paraguas entre el sol y ella y la sombra que se proyecta en el suelo.
- Bruna exponiendo a la luz del sol papeles de celofana de distintos colores.
- Sombras de colores diferentes (es que la luz del sol ha atravesado los papeles de colores!
- Bruna dibujando en el suelo con tiza la silueta de la sombra de su muñeca vestida de azul, con su camisita y si canesú. Esta vez la sombra tiene color… ¡de sombra!
- Bruna dibujando la silueta de la sombra de osito.
Ya de noche, papá ha tomado una foto de Bruna debajo de una farola encendida. Y otras más de su sombra. Si la niña se acerca o se aleja del punto de luz cambia de tamaño. Cuanto más lejos más grande es la sombra, cuanto más cerca más empequeñece.
Ya basta, Bruna, ¡a dormir, Bruna!
Pero antes de cerrar los ojos Bruna se pregunta:
¿Adónde irá mi sombra mientras yo duermo?
Si quieres puedes jugar a las sombras, como Bruna.
Relee el cuento e imítala.
Verás qué bien lo pasas y además, se te ocurrirán un montón de cosas nuevas.